Mi nombre es Guadalupe Rivero
Ramírez. Nací un 9 de diciembre del año 1992 en Lindavista, México D.F., mi
papá se llama Juan Rivero Mena y tiene 62 años de edad; mi mamá se llama
Clementina Ramírez Márquez y tiene 52 años de edad. Antes que yo naciera, mis
padres tuvieron dos hijos; el mayor es Arturo y tiene 31 años, actualmente
radica en Carolina del Norte, Estados Unidos; y Arely, de 27 años que vive en
Guadalajara, Jalisco.
Me bautizaron a los 3 meses de
edad. A partir de esos meses fu la consentida de casa por ser la más pequeña de
todos. Comencé a caminar al año 2 meses de edad y me comentan mis papás que fui
muy traviesa a esa edad. Cuando cumplí
dos años, me organizaron mi primera
fiesta de cumpleaños en mi casa. Compraron un pastel y todos mis primos
estuvieron conmigo. Tiempo después, a los 3 años y medio ingresé al jardín de
niños “Frida Kahlo” duré dos años en esa escuela.
Al cumplir 5 años y medio ingresé
a la primaria “Benito Juárez”, ahí realicé todos los grados escolares. En el
caso de aprender Geografía en la primaria, pues para mí era una materia
divertida porque me llamaba mucho la atención todo lo relacionado con el mar,
la flora y la fauna acuática, la ubicación de ríos y lagos del país. Además en
cuarto y quinto grado especialmente me gustaba por los atlas que trabajaba; uno
era atlas de México y otro era atlas de Geografía universal y en verdad me
gustaba mucho leerlos, ver las imágenes e
imaginarme cómo podrían ser aquellos paisajes.
Después, cuando tenía 11 años y
medio ingresé a la secundaria “Lic. Adolfo López Mateos”. Para mí esa etapa
escolar fue la mejor de todas, ya que ahí conocí a muchos de los que aún son
mis buenos amigos, también conocí a mi mejor amigo que hasta la fecha nos
seguimos viendo y compartiendo vivencias. También fue en esa etapa de la secundaria cuando descubrí mi gusto por
el inglés y otras materias como biología, geografía y química.
En el caso de geografía, en
realidad me gustaba por la idea de representar varias maquetas sobre algunos
temas como: el sistema solar, la era de los dinosaurios, la era de hielo;
experimentos como el típico del volcán en erupción, pero claro, la explicación
ya era un poco más profunda e interesante
que en la primaria.
A los 13 años, justo cuando
terminé el segundo grado de secundaria, tuve la oportunidad de viajar con mis
papás a visitar a mi hermano Arturo en Estados Unidos. La verdad fue una
experiencia muy bonita el haber conocido otro país, porque además de visitar a
mi hermano, conocí a mucha familia que nunca había visto en mi vida.
A los 14 años y medio ingresé a
la preparatoria oficial número 37. Esa etapa también considero que fue muy
importante, tanto por la gente que conocí como por algunas decepciones que me
llevé. Fue hasta sexto semestre en el que tuve la materia de Geografía y medio
ambiente, aunque no fue tan interesante como yo esperaba, porque en ese tiempo
a la maestra de la materia le dieron incapacidad por embarazo, y se tuvo que
retirar al poco tiempo de haber comenzado el semestre. Entonces mientras
buscaban a algún maestro de reemplazo temporal mi grupo se quedó sin clases
durante algunas semanas, y aunque cuando llegó el nuevo maestro, yo no quedé
muy satisfecha con su modo de enseñar porque me confundía y en ocasiones no
supe que hacer cuando dejaba algún trabajo.
En ese semestre tenía 16 años de
edad, y me interesó la idea de estudiar la carrera de meteorología en el
Colegio del Aire, en Zapopan, Jalisco. Me gustaba todo lo relacionado con el
clima y la atmósfera, pero fueron diversas circunstancias las que evitaron que
yo hiciera los exámenes correspondientes para ingresar a ese colegio.
Fue así como comencé a ver otras
opciones para seguir con mis estudios superiores. Muchas veces pensé en
ingresar al Colegio de México para estudiar Relaciones Internacionales, que es
otra carrera que me gusta mucho, pero debido a circunstancias tanto económicas
como de distancia de casa-escuela, me fue imposible también realizar mi examen. Fue entonces cuando
empecé a frustrarme porque no encontraba otra carrera que me gustara al 100%.
Así que pensando un poco quise también estudiar Lenguas Extranjeras en la UAEH,
pero a mis papás no les gustaba mucho la idea debido a la distancia y los
pasajes diarios. La idea de mis papás era que estudiara una carrera en la que
no tuviera tanto problema para transportarme, que las colegiaturas no fueran
muy costosas y que fuera una carrera en la que tuviera un trabajo y sueldo
seguro después de egresar. Ellos no querían que yo escogiera alguna universidad
privada, así que me dieron la opción de estudiar en la escuela Normal de
Zumpango para ser licenciada en Educación Primaria. Al principio no me gustaba
la idea, pero ellos me pidieron que hiciera mi examen de ingreso, y si no me
quedaba, me darían la oportunidad de estudiar posteriormente la carrera antes
mencionada en la UAEH.
Hice mi examen para ingresar a la
Normal, y meses después cuando vi los resultados noté que sí había sido
aceptada. Al principio me alegré mucho por que logré entrar al realizar un solo
examen a una escuela superior, pero a la vez me dio tristeza porque ya no
podría estudiar la carrera que yo en verdad quería. Pero pues así es la vida,
no siempre se tiene lo que un quiere y esa vez me toco a mí.
Al principio mi estancia en la
normal no fue del todo satisfactoria debido que no estaba familiarizada con la
carrera, pero la amistad de mis compañeros fue de las mejores cosas que me ha
pasado, y ese fue uno de los factores que me impulsó a seguir adelante. Poco a
poco fue interesándome más estudiar esta carrera y hasta la fecha, en 4°
semestre me siento muy contenta de haber sido aceptada y seguir superándome
cada día más, y saber sobre todo que cuento con el apoyo incondicional de mis
padres y mis amigos.
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